lunes, 1 de noviembre de 2010

DOS CAMINOS

Dos caminos

Innumerables espacios

Y la puerta abierta o cerrada

Que sueña de nuevo

Con el corazón rosado azul de la tierra

Mi alma quiere dejar

Un momento plasmado

De luz y sueños mágicos

En mi corazón de hombre talvez cansado

La dorada luz del sol

Entibiando amorosamente la mañana

Azul roza dorada

En el amanecer del nuevo DIA

Del nuevo tiempo

Y la imperiosa necesidad de trascender

Confundiendose una vez más con la semilla

Necesidad de llevar esa antorcha a cada hombre sobre la faz de la tierra

miércoles, 13 de octubre de 2010

Mi atardecer

No recuerdo

Cuando empezaron a romperse los lazos

No recuerdo cuando los días se hicieron mas fugaces

Nada recuerdo

Solo de tarde en tarde

Vienes

Te sientas, abrazas la guitarra

Me regalas un dorado andantino

Te marchas

Sigo oyendo las cuerdas

Sigo viendo tus manos

martes, 5 de octubre de 2010

Una guerra olvidada

La otra guerra

“A mediados del siglo XIX una España empobrecida contemplaba como se desmembraba su imperio colonial. La Guerra de Independencia y las contiendas carlistas habían privado de recursos al Ejército y a la Marina. Sin embargo, en el año 1859, el Gobierno de Isabel II no dudó en declarar la guerra al Reino de Marruecos e iniciar una campaña de la que no estaban claros ni su origen ni sus objetivos.
Una serie continuada de victorias culminaron en la toma de Tetuán.

Olvidados de la historia oficial aldeanos españoles, mis dos bisabuelos por ejemplo, dejaron sus vidas en estos campos de batalla, para una España que después los abandonó a su suerte, a ellos y a sus familias.- Como humilde homenaje a mi abuelo Cipriano Prieto y a miles que como él redimieron su historia en el mítico puerto de Buenos Aires, y previo paso por el Hotel del Inmigrante, labraron la extensa pampa húmeda y nos legaron su cultura del trabajo y el esfuerzo”

I.-

Hacia 1894.- A través del vitral del monasterio se cuelan los rayos del sol. Tornándose rojos, verdes, amarillos, en una orgía de color y luces que se derraman sobre el hábito oscuro de la hermana superiora, que a pesar del silbido lejano de pólvora, insiste en su alabanza. Inés Bernal, no aspira a quedarse en el convento, solo permanece allí, mientras su esposo cocina para la tropas, lleva en su vientre un niño.- Las voces de la devoción se elevan, en una disfrazada desesperanza, mientras su corazón late al bramido de la trinchera y de la danza de las armas

En el campo de batalla, el hombre que trae las viandas, viene de la retaguardia, sostiene las provisiones, y corre, corre una pradera de pájaros que escapan de las luchas de los hombres

Atraviesa el campo

Sus pies gastados

Traen la última promesa de vida

Y acribillado cae en medio de su sangre

Su rostro en tierra

Se pega por última vez a este desierto

A este valle

Y resucita sobre todas las guerras

Y esta yendo sobre sus pasos….

Mientras casco y fusil

Se quedan solos otra vez

Se eleva, se desprende del soldado, del padre, de los árboles que van quedando atrás, se resuelve en bruma.-

Lejos. Muy lejos de esta tormenta de fuego. La nueva vida rompe en su primer llanto. Despierta.-Su cara se asemeja al rostro que yace sobre la tierra. Y así debe ser. Ya que es su sangre.- Le arrulla la soledad de una mujer, que sabe ya de antemano que ese hijo es todo.- Acurrucados uno con el otro, oyen los cánticos.-

La postrera caminata de las tropas no ha traído la paz.-

El andén confirma lo que saben los dos.

Y así se filtran los días de sol en el monasterio, de cantos, de labores y pasa el sueño. Y otra vez la pequeña aldea Salmantina, y el niño se asemeja al soldado y en el fondo de su alma anhela otro sueño y otra aurora.- Y esta certeza surca un atlántico que es destino de muchos de todos.- los que como el vuelven al otro lado del mundo donde nunca estuvieron.-

II.- Puerto de Buenos Aires, donde renace otra vez la madrugada. Atraca el repetido sueño del europeo que vuelve del exilio, el español que de conquistador hidalgo, devino en inmigrante que busca la paz y la sangre pampa. Paradoja trashumante surcar el océano para encontrarse a sí.- Un puñado de años después la luz del sol escribirá de nuevo el poema y en las arremangadas tardes, el vino y la jota consistirán en la revelación de la nueva vida, que insiste en ser a pesar de todo. La música, la alegría serena, la anhelada paz, que vio recrearse en esa tarde de Pehuajó donde nacieron los sueños nuevos con rostro de niño.-

III.- De tarde en tarde Cipriano lee la crónica de la guerra civil española, la nostalgia y la pena se mezclan en el maizal argentino, se sabe mas republicano aquí en el surco, sus hijos sabrán de Guernica, de García Lorca y de la madrugada en que abrió los ojos en el monasterio, del anden sin padre, y de un interminable final para la compartida historia que arranca en el puerto de Buenos Aires y culmina en cualquier parte, donde en esta suave tarde te invoco y te recuerdo.-